Diecisiete años se cumplen el próximo día 6 de diciembre del tránsito del fundador de las misioneras y misioneros identes Fernando Rielo Pardal, que entregó su alma a Dios en Nueva York donde residía desde 1988. Se había trasladado a la ciudad de los rascacielos por motivos de salud ya que le habían amputado su pierna derecha que tratarían en el prestigioso hospital Rusk. Pensó regresar a Europa en muchas ocasiones, pero la Providencia, que tiene trazadas sus previsiones, determinó que su estancia allí fuese definitiva. Su vida había comenzado en Madrid en el estío de 1923 siendo marcada desde su inicio por un inmenso amor a nuestro Padre celestial, ese que quiso le tuvieran sus hijos espirituales que debían ir pregonando por el mundo la religiosa sonoridad, profunda y única, de esta palabra: ¡Abba!, siendo maestros en la forma de pronunciarla, que en realidad es vivirla.
Estos años transcurridos desde ese día 6 de diciembre de 2004 no han hecho más que corroborar la estela que dejan tras de sí quienes, como él, se han dejado llevar por la urgencia del amor a Dios. Y en estos tiempos que corren —donde hasta se pretende borrar la Navidad de las felicitaciones, donde la pusilanimidad de creyentes que no han entendido la gracia que supone haber sido acogidos en la Iglesia a través del bautismo, que seguramente se avergüenzan de reconocer su fe en los sectores en los que se mueven, aunque lo hagan en la intimidad—, no se puede negar la evidencia: el motor que cambia la sociedad y la historia, comenzando por uno mismo, es el amor con mayúsculas al que apelo desde esta columna en tantas ocasiones.
Fernando Rielo puso a merced de la voluntad divina su vida entera. En ella se comprendía la salud, la fama, un razonable descanso…, el haber tenido una existencia sin los contratiempos, dificultades y sufrimientos diversos que jalonaron la suya a todos los niveles, teniendo como objetivo claro y definitivo encarnar la Sacra Martirial que a sus doce años le fue inspirada tras la lectura de la vida de los mártires a los que quiso emular. Esta Sacra Martirial, bellísima, que forma parte del patrimonio que ha legado a sus hijos es una promesa que hay que alimentar cada segundo del día: «Te prometo, Señor, vivir y transmitir el Evangelio con el sacrificio de mi vida y de mi fama, fiel al mayor testimonio de amor: morir por ti». Humanamente, los buenos padres de este mundo están dispuestos a preservar a sus hijos de todo mal y sufrimiento. Les ofrecen lo mejor, lo máximo que pueden obtener para ellos y no escatiman esfuerzos en ese afán que les guía de que sean felices. A este fundador le urgía también el amor por la Santísima Trinidad, María y José, la Iglesia, sus hijos, sus grandes pasiones.
Las vías apostólicas que dejó abiertas se engrosan con el interés de jóvenes en la Juventud Idente, familias en la Familia Idente, intelectuales en la Escuela Idente, poetas, músicos, pensadores que se expresan en constantes actividades propiciadas por la Fundación Fernando Rielo, entre otros, además de los que han percibido en su intimidad que Cristo les susurra que le sigan, y lo hacen en cuatro continentes personas de todas las edades y condiciones en la Institución religiosa que fundó en 1959. Los Motus Christi y la Ruta Jacobea online durante este tiempo de pandemia vienen atrayendo el interés de numerosas personas.
El mundo universitario, los estudiosos de la obra de Rielo, reconocen el alcance de un pensamiento propio como el suyo que nuevamente este 2021 ha estado presente en el VIII Congreso Mundial de Metafísica inaugurado por el cardenal Ouellet y clausurado por el cardenal Osoro. Con un programa de gran riqueza, que ha contado con un privilegiado elenco de profesores, ha aglutinado a 804 participantes de 42 países. Todos los que han intervenido en este evento han puesto de manifiesto la vitalidad de la metafísica, su importancia para el devenir de la persona teniendo como eco la contribución de Rielo. Recientemente ha sido fallado el IX Premio Internacional Fernando Rielo de Música Sacra, y el próximo día 18 de diciembre se conocerá quién se alza con el galardón del XLI Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística siendo sus finalistas elegidos entre 267 obras de 29 países.
Estos son algunos de los intensos matices de una vida urgida por el amor. No hay concesión a la pérdida de tiempo, no se da la espalda al dolor que se acoge con fortaleza y alegría —Fernando Rielo que pasó por los quirófanos en casi una treintena de ocasiones, tenía un excelente sentido del humor— y se ponen todos los talentos al servicio de Dios y de los hombres abrazándose a su gracia. Se alfombra la vida de todos haciendo el bien, y se deja una admirable huella plagada de esperanza y de fe.
Fuente: Archidiócesis de Sevilla
POETA DE DIOS
Un documental sobre la vida de Fernando Rielo, fundador de los Misioneras y Misioneros Identes